29.12.2014... ¿Prisas?

Hay días que comienzan de una forma extraña y terminan convertidos en poesía. 

Comencé hoy con sueño. Con sueño, entre otras cosas porque me dormí. Me dormí profundamente, como hacía tiempo. Debía despertar y levantar como siempre que ando en días de descanso, sobre las 8 h., y abrí los ojos a las 10 h. No hay cosa que más me moleste. Saltar de la cama, ir tropezando mientras tratas de situar la cabeza y la conciencia en la realidad, vestirte a toda prisa y salir a la calle porque -de ahí mi defecto cuadriculado- tenías organizada tu mañana para estar resolviendo temas pendientes desde las 9 h.

Cuando te sitúas mentalmente en la realidad. Cuando te das cuenta de que las prisas no son buenas y que, además, no tienes necesidad de correr, paras un segundo, miras al cielo y dices: ¡tío que estás en tu día de descanso, no hay prisa!. En ese instante comienzas a ver el sol. Descubres que no pasa nada por quedarse dormido, que eres una persona normal. Y comienzas el día.

Y en ese momento todo va surgiendo, todo va saliendo.

Es entonces cuando vuelves a pensar que todo es poesía, que de cada paso surge un verso y que sólo depende de ti componer el poema.



Y qué mejor, entras en una librería y compras, por ejemplo, ese libro que deseabas: "Itinerario poético" de Octavio Paz.

Quedas con los amigos y terminas brindando con ese vino que cada día sientes más como algo tuyo, como ese 'hijo' que con tanto cariño poético has generado: #versosdArte.

Y vuelves a casa y te envuelves en el calor familiar dándote cuenta que es verdad: si quieres todo puede ser si tienes claro lo importante.

Y termina el día. Termina hoy.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27