Es curioso cómo cambia la sensación que nos producen las personas de estar sentadas a estar de pie. Parece que sentados todos parecemos un poco más iguales. En pie siempre los hay que nos mirarán desde arriba y otros desde abajo.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30