30.03.2015... un banco en Alicante.

¿Alguna vez has sentido la necesidad de sentarte, solo, buscando el descanso, en el banco de algún parque o plaza desconocidos, bajo la sombra de un árbol y ausente a todo y a todos?

Eso he hecho hoy, en Alicante, en un receso de una de esas Jornadas que organizo desde la Fundación.

Sin tener claro el por qué, simplemente por una necesidad de agotamiento entre físico y mental.

A veces la actividad, las exigencias, nuestro comportamiento, nos llevan a limitar capacidades.

Decir basta, parar, no nos convierte en perezosos cuando lo hacemos por una necesidad momentánea. Tal vez eso sea lo inteligente y prudente.

En estos días que ahora comienzan debería meditar sobre muchas cosas, pero sobre alguna, si cabe, de manera especial y urgente: parar y cambiar el ritmo al que me estoy sometiendo.

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