Llegué aquí...

Llegué aquí
sin saber que podía irme
y perder tantos de esos
instantes que abandoné
pensando que poseía
nada.

Porque nada
es lo que traje aquel día
y nada me llevo más
que la sequedad de este cuerpo
el frío inanimado
y un corazón que no latió
cuando yo quería.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27