26.08.2015... Entre hospitales y Gitanos de bien...!

De vez en cuando las circunstancias hacen que uno tenga que visitar los hospitales públicos. Gracias al Eterno, que de momento no deja de cuidar de mi, lo hago para acompañar a personas que me importan.



La sanidad pública madrileña es de las mejores de España y, diría, del mundo. Los profesionales que la atienden son excelentes y, como he podido comprobar en persona, con una vocación, compromiso y sensibilidad que ya quisiéramos en otros ámbitos de la administración. 

El caso es que hoy he tenido que pasar, por imperiosa obligación, la mañana en una de esas salas de espera de un hospital público. Cuando terminas de leer y releer los periódicos, cuando cansas de contestar correos o mensajes, uno comienza a observar a las gentes que, como tú, esperan la salida de su acompañado.

La casualidad, imagino que debido a una causalidad, ha hecho que hoy una de las pacientes fuese gitana y, por lo que he visto en la llegada, algo mayor.

La buena señora ha entrado acompañada por toda la familia que, también gitana, podía componerse de no menos de 30 personas de todas las edades. Al menos había cuatro generaciones: abuelos, padres, hijos y nietos.  Hombres y mujeres. Todos allí juntos, la mañana y la tarde, sin moverse más que para acercarse a la máquina de café o andar de un lado a otro para estirar las piernas.

Qué sentido de lo familiar, de clan, no he dejado de decirme y comentar con los míos.
Todos arreglados. Todos elegantes. Los hombres mayores con sus zapatos brillantes y trajes; los jóvenes con esos cortes de pelo modernos y ropas a lo Justin Bieber calé. Ellas en su mayoría guapísimas, con esos rasgos raciales y ojos negros. Conservadoras las mayores y modernas pero recatadas las jóvenes. Y los pequeños, como todos los niños pequeños.

En un principio ellas en un lado de la sala, ellos en otro. Luego más tarde han comenzado a mezclarse. 

Uno de ellos era Pastor, además le llamaban con este apodo 'Pastor'. 

- Pastor, enséñanos esa nueva Biblia que has comprado?
- Es una maravilla. Mira, mira.

Y Pastor, o el Pastor, ha sacado de un macuto una enorme Biblia mostrando las páginas, de letras grandes, a los jóvenes. 

El comportamiento en la sala, de todos, incluidos los más peques, admirable. Mucho mejor que alguno de esos que les miraban con desconfianza y de reojo. 

A veces utilizamos lo despectivo para con estas personas por el hecho de su raza, de sus culturas, tradiciones o formas de vivir diferentes a la nuestra. No nos damos cuenta de lo mucho raro, irresponsable o deforme de los comportamientos de aquellos que nos creemos normales o superiores.

No sé por qué, de siempre me ha interesado el mundo y la cultura de los gitanos.

He conocido a muchos y me creo amigo de algunos.

Conviví con ellos en mi primera etapa profesional, como Director de Cultura en el barrio del Pozo del Tío Raimundo, Vallecas, donde comencé a sentir el flamenco y vivir un poco su cultura de cerca.

Es verdad que el gitano, como el judío, siempre ha sembrado desconfianza en España. La historia les ha perseguido y discriminado. Eso les ha hecho tener una cultura nómada y huidiza. 


En fin. Un día que deseaba terminase y del que me llevo alguna que otra lección: nada hay más importante que la familia y esos amigos que ya forman parte importante de la vida de uno.

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