20.09.2015... Escribiendo!

Vueltos, llegados, de un fin de semana perfecto en Minaya. 

Sol, luz, paseos, relajación y reflexión. La necesidad de luz, de campo, de poesía, de tranquilidad, de sencillez. Volver se hace difícil.



Aquí, mientras me despido del cielo azul, pensando que uno no sabe dónde escribe, ni cómo, ni siquiera por qué escribe. Pero sabe lo que escribe porque es lo que le nace y crece, lo que vierte como ese manantial de enorme pureza.

El sabor a veces dulce, otras amargas; sensual o pasajero; emocionante, precoz o simplemente añejo. Escrito.

Con los años me vuelvo más reflexivo, tal vez huraño. Tampoco busco nada.

Cada día es un ejercicio que se convierte en una lección. En unos se aprueba, en otros se suspende.

Escribir la vida tiene la misma dificultad que vivirla.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27