25.10.2015... Buscar el silencio!

A veces llega uno al domingo y percibe nerviosismo, intranquilidad al sentir que se acerca el inicio de la semana. Lo normal es que eso ocurra cuando sabe debe enfrentarse a la atención y resolución de no pocos problemas. Por eso siempre he entendido este día, no tanto como el final de la semana, sino como el día de transición del comienzo. Un día para la relajación y meditación que, como hoy, suelo iniciar al despertar, con esos 16 kms de running por nuestros caminos, adentrándonos en el lugar más místico y espiritual de Madrid, el Cerro de los Ángeles; y terminar, tras preparar la agenda y organizar las tareas prioritarias de la semana, con estas líneas que no son más que un simple desahogo.




Me he dado cuenta que las personas inquietas, esas que no dejan de buscar, de innovar, de emprender, de buscarse, son aquellas que también acaparan más problemas. Los problemas nunca hay que verlos como tal. Los problemas suelen ser esos obstáculos que tratan por todos los medios de hacernos desfallecer y abandonar. En momentos así, en momentos en los que asumo que los obstáculos me rodean, tratando de bajar las ilusiones o llenarme la cabeza de pensamientos negativos, lo mejor es buscar los rincones e instantes de silencio.

El otro día, cuando volvía de Barcelona, me di cuenta que a partir de ahora aconsejaría a mis clientes de Coaching Personal / #coachingDVida un ejercicio muy básico y que a mi, últimamente, parece que por el ajetreo diario, me está resultando eficaz.

Subir a un tren (si es de cercanías que no sea en hora punta). Recostarse en el asiento. Poner buena música tranquila en el ipodCerrar los ojos. 

El tren comienza a moverse. Compás, ritmo amortiguado. Todos los pensamientos nos llegan versificados. No hay momento mejor para reordenarnos y encontrarnos con nosotros. Olvidamos, reconocemos y analizamos. Si algo nos preocupa en exceso, busquemos el instante de enfrentarnos a ello, no lo arrastremos.

A veces tienes que apartarte un rato de la sociedad, de lo que te rodea. Estar contigo y nada más.

El otro día leía una interesante entrevista hecha al pensador y escritor Peter Handke en la que comentaba que "en según qué compañía el yo enmudece, me quedo sin palabras. Es cuando ha llegado el momento de desparecer y buscar un lugar silencioso con algún pretexto, pues allí vuela el habla... tienes que apartarte de la sociedad para volver a ser sociable, para que vuelva el lenguaje."

No llegamos a ser conscientes de lo importantes que son los momentos en los que nos apartamos de lo social. Vivo toda la semana inmerso en horas y compromisos sociales. A veces me da la sensación de que ni siquiera tengo tiempo para vivir como quiero y llego a olvidarme de mi. Es verdad que, de vez en cuando, muy de vez en cuando, conoces a personas que realmente merecen la pena, que te aportan y dan sentido a tus días. Otros, la mayoría, pasan tan sin darte cuenta que cuando llegas al sábado te detienes y respiras cogiendo ese aire que te falta.

El domingo es mi día de silencio. Silencio que encuentro cuando corro por la mañana acariciado por el frescor del viento, charlando con C. El silencio que encuentro en mi casa acompañado de mi familia. El silencio que busco para compartir conmigo mismo y reflexionar sobre mis actos y experiencias, sobre mis pensamientos y reflexiones, sobre mis estudios y análisis, sobre la semana que comienza y a la que me enfrento. Otra más.

Porque despertar mañana lunes, buscando la tensión del día, que me hará olvidar y desear, nuevamente, momentos como este, será un privilegio. Ese es el pensamiento positivo, esa es la realidad.

Creo que por eso, en esos pasos que voy dando últimamente, buscando mi enriquecimiento espiritual, ando pensando en comenzar a hacer meditación. El otro día, esta semana pasada, un amigo del que nunca hubiera imaginado, me comentaba de sus bondades y de cómo él, que había estado sumido en momentos de ansiedad importantes, había encontrado el mejor modo para llenarse de energía y encontrar la paz que necesitaba. La verdad es que me animó bastante.

Hace poco, también, aparecía este artículo en un periódico: 'Actualidad y necesidad de Silencio'. Está escrito por Pablo D'Ors, autor de ese fantástico libro que es 'Biografía del Silencio' (que recomiendo a todo aquél que no haya leído). 

Entre otras afirmaciones, Pablo D'Ors nos dice que "puedo afirmar que el silencio es hoy nuestra necesidad más primordial. Esto significa que no sabemos escucharnos y, en consecuencia, que tampoco sabemos escuchar a los demás, puesto que nadie puede dar lo que no tiene." 

Tenemos necesidad de silencio. Vivimos sumidos en tal grado de ruido material que no somos capaces ni de escucharnos a nosotros mismos. Nos hemos olvidado por completo de nuestro yo.

Busquémonos. Nos encontraremos.

Vamos a afrontar la semana con energía. Feliz noche.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27