Hoy puede ser un día mágico, pero depende, única y exclusivamente, de cómo veamos las cosas y no de lo que nos viene de fuera. El hecho de despertar ya es un tesoro por descubrir. a partir de ahí cada momento es un regalo si sabemos apreciarlo. Deberíamos aprender a detenernos y contemplar lo que nos rodea, no estar continuamente corriendo sin ser capaces de apreciar nada.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29