A veces dejar de pensar es tan efectivo como pensar tanto. Simplemente el hecho de calmar la mente y limpiarla de toxicidades, para dejar fluir después esos pensamientos limpios que quedaban obstruidos.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29