18.12.2016... Reflexiones Personales XII.

Lo caótico de esta semana no sé si he sido yo o la propia semana. Tampoco sé si he sido yo el responsable de conseguir que se una un estado personal de caos, con una semana caótica y llena de eventos, compromisos y actos poco saludables.

No sé si decir que tengo la sensación que todos los años, a estas alturas, cuando parece se acerca el final del fechado, una semana siempre queda marcada por el cataclismo del desorden y los avisos. 

Si releo el año pasado, por estas fechas, tal vez coincida. Pero no lo pienso hacer. 

El caso es que llego al domingo, por fin sentado y con la mente en un intento de paz, meditación y reflexión, deshaciendo los desequilibrios provocados por una semana llena de tensiones, despropósitos, desajustes, comidas y cenas en las que el exceso ha provocado, entre otras cosas, un estado de cansancio, y nada de ejercicio físico para equilibrar. Esas semanas en las que finalizas, mientras analizas, gritando ese '¡ya basta!' de tanto ir y venir, de tanto mal hábito.



Para ser domingo, final de semana, no tengo muchas ganas de garabatear palabras por aquí. Tal vez me apetezca más aprovechar este momento perdiendo la mirada, por ejemplo, en un cuadro como el que aquí aporto, mientras la música y los pensamientos me acompañan.

¿Qué te transmite un cuadro, una pintura? Una pintura no deja de ser más que un poema, unos versos representados en un lienzo. 
Paz, emoción, ternura, equilibrio.
Pensar en cómo se sentía esa persona mientras cogía sus pinceles para pintar o escribir el poema. Cómo es capaz de transmitir, de pellizcar en el que contempla, absorto, o lee.

Leemos para Ser, leemos para aprender. Visualizamos el arte para perdernos en esos otros mundos que nos provoca el artista, el poeta.

Cada día es una experiencia y cada día es capaz de hacerte sorprender. Alguno de los hechos acaecidos esta semana, me han llevado a reflexionar sobre la confianza. 

Creo que nunca aprenderé a no confiar. Seré confiado siempre y eso, que conocen los demás, me lleva a cometer errores que luego me desestabilizan o rompen el equilibrio.

La confianza en la vida se gana a base de esfuerzo y mucho trabajo, se pierde con la estupidez de un momento.

El valor de una persona está en la confianza que genera a los demás.

Me ha ocurrido con pocas personas, no más de los dedos de una mano. Pero me ha ocurrido y, uno tras otro, cuando no debería ocurrir más, vuelve a suceder. Aparece el que aprovechando situaciones de teórica amistad, el buen hacer de los demás, busca, escondido en falsas caretas de honestidad, el interés particular por encima del interés general. Cae en el engaño y la falsedad, sin saber o comprender que tarde o temprano, todo se descubrirá y lo que pierde es mucho más de lo que gana.

Tenía ganas de concluir esta semana. De verdad. La concluyo con un catarro y algo cansado. La concluyo entre tristezas personales y fortalecimiento de esos proyectos que alguno pretende hacer caer con sus irresponsables actuaciones.

Mis proyectos, o caen por mi culpa o no caen. No permito que los errores de una persona terminen con los sueños de un grupo.

Adelante. Nos enfrentaremos a una semana potente en la que arreglaré los desaliños provocados por delincuentes emocionales, por mentirosos compulsivos, que no llegarán jamás a nada en su vida porque no saben que en este largo camino, lo primero de todo, lo esencial, es mejorar día a día en virtudes como la lealtad y la confianza.

Seguimos caminando.

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