01.10.2017... Minaya no quiere ser Independiente de nadie!

Minaya, es un municipio español, situado al sureste de la península ibérica, en la provincia de Albacete, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Se encuentra a 53 km. de la capital provincial y en 2016 contaba con 1.543 habitantes, según los datos oficiales del INE

Minaya no es independiente, ni quiere, ni piensa, ni desea, ni pretende serlo. Es a la conclusión a la que he llegado, tras una jornada de análisis vario y variado, en estas tierras mías, charlando con uno y con otro, de los pocos que me encontré, en la felicidad de un botellín en una mesa del bar que regenta José, antes Diego, y mis paseos por las calles semi vacías de este rincón de España que me acuna en la vida.



En Minaya no queremos la independencia, ni siquiera de esa región fabulosa, nuestra, que es Castilla la Mancha; pero tampoco queremos que otros se independicen de nosotros. No queremos ser independientes de nadie, es más, queremos la dependencia.




Minaya quiere ser dependiente, queremos que todos nos disfruten, que nos visiten, que nuestras calles se llenen de chiquillos corriendo, de parejas paseando, de abuelos tomando el fresco en las puertas de sus casas; de chavales montando en bici por los caminos, de jóvenes besándose en las esquinas. Queremos que nuestro pueblo se llene de españoles, de riojanos, madrileños, catalanes o extremeños; que vengan 'forasteros' -como se decía antes- de cualquier lugar del mundo y llenen de alegría y vida cada uno de estos rincones. Que nuestra gastronomía sirva para romper las dietas de unos y otros, para subir ese colesterol que luego puede bajarse con cuatro carreras por el camino de la estación.

Queremos abrazar al que venga y llorar por el que marche. Sabemos que la riqueza de unas tierras está en la gente, en las personas. Estoy seguro que cuantos más mejor, cuanto más unidos más grandes. Queremos sumar.

Ayer me dejé caer por mi tierra. Creo está medianamente claro. Tan necesario como vital. 

El patio, mi patio; una silla en el centro, mi silla;  el sol entre las nubes, mi sol; el silencio y yo.

El olor a campo, el repicar de las campanas de la iglesia. El sentido de la paz tras una semana de intensidad que aumenta por momentos.

La vida en un instante, como ese que engrandece el resto del tiempo. Todo el camino, por muchos obstáculos que encontremos, tiene su sentido.

Hacemos de los días poesía con pequeñas cosas que, a lo mejor, son grandes cosas o más grandes de lo que pensamos, para nosotros.

Los olores. Aquí los olores son tan intensos que te llevan y vuelven de un tiempo a otro. Tu casa, tu madre, esa cerveza con tu padre, tu pequeño rincón que va llenándose de ese arte a base de pinceladas poéticas. Tu sol, tu sombra, tu vida.

Y claro, cómo no, ese pisto con pimientos y conejo, esa tortilla de patatas y huevos de corral que sencilla y simplemente está preparada con manos que desprenden el cariño de una madre que, además, tiene la cualidad de ser una extraordinaria cocinera. 

Y en esos instantes casi todo da igual. Simplemente los vivo porque creo que debo vivirlos con la máxima intensidad. No vivirlos sería perderlos, dejarlos ir y yo, así como soy, no pienso hacerlo.

¿Y dicen unos que quieren independizarse? ¿Pero quién, quienes? ¿De qué? ¿dónde? ¿de España? ¡Pero pijo..! ¿pero qué quieren? ¡Te paice la chorra! ¡Será posible el guacho! ¡Será tontoloscojones!

¿De todo esto que estas tierras ofrecen y pueden poner en común para llegar a ser un país todavía más grande de lo que somos?

Hoy España ha dado una imagen lamentable, no solo internamente sino al exterior. Lo que ha ocurrido hoy en esa región que tanto quiero y defiendo, Cataluña, tan llena de historia, cultura y vida, es realmente impresentable. 

No voy a hacer mucho comentario de lo ocurrido. Tiempo habrá para el análisis. Tampoco ahora es momento de echar culpas a unos u otros del porqué se ha llegado hasta aquí. La ruta estaba marcada desde hace tiempo pero, se ha dejado ir y lo que se deja ir termina por irse también de las manos. 

Y de esto no tienen culpa los catalanes, ni unos ni otros. Tienen culpa los dirigentes, los responsables políticos que llevan a todo un pueblo por un camino difícil y sin sentido.

Ayer, tomando ese botellín en el bar del pueblo, J lo decía perfectamente: "si yo salgo del bar y me pongo a dar patadas al coche del guardia local, me detienen". Ya está, no hay más que hablar. La ley está para que la cumplamos todos, no unos pocos.

Mi admirado Sánchez Dragó publica hoy, en El Mundo, un artículo mudo. Como es un artículo mudo, quiero decir, sin opinión, me permito copiarlo por aquí.

Titula y dice así:
CÓDIGO PENAL 
ARTÍCULO 472 – Son reos del delito de rebelión los que se alzaren violenta y públicamente para cualquiera de los fines siguientes: 1. Derogar, suspender o modificar total o parcialmente la Constitución. 5. Declarar la independencia de una parte del territorio nacional. 7. Sustraer cualquier clase de fuerza armada a la obediencia del Gobierno.  
Artículo 473 – 1. Los que, induciendo a los rebeldes, hayan promovido o sostengan la rebelión, y los jefes principales de ésta serán castigados con la pena de prisión de quince a veinticinco años e inhabilitación absoluta por el mismo tiempo; los que ejerzan un mando subalterno, con la de prisión de diez a quince años e inhabilitación absoluta de diez a quince años, y los meros participantes, con la de prisión de cinco a diez años e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis a diez años. 2. Si se han esgrimido armas, o si ha habido combate entre la fuerza de su mando y los sectores leales a la autoridad legítima, o la rebelión hubiese causado estragos en propiedades de titularidad pública o privada, cortado las comunicaciones telegráficas, telefónicas, por ondas, ferroviarias o de otra clase, ejercido violencias graves contra las personas, exigido contribuciones o distraído los caudales públicos de su legítima inversión, las penas de prisión serán, respectivamente, de veinticinco a treinta años para los primeros, de quince a veinticinco años para los segundos y de diez a quince años para los últimos.  
Artículo 544 – Son reos de sedición los que, sin estar comprendidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales.  
Artículo 545 – 1. Los que hubieren inducido, sostenido o dirigido la sedición o aparecieren en ella como sus principales autores, serán castigados con la pena de prisión de ocho a diez años, y con la de diez a quince años, si fueran personas constituidas en autoridad. En ambos casos se impondrá, además, la inhabilitación absoluta por el mismo tiempo. 2. Fuera de estos casos, se impondrá la pena de cuatro a ocho años de prisión, y la de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de cuatro a ocho años.
Y es que, sinceramente, poco cabe más como opinión que la de hacer cumplir esa ley que al resto de españoles nos hacen cumplir en nuestro día a día vital.

En Minaya seguiremos degustando nuestras gachas, nuestro pisto y nuestras pernalas. Continuaremos sintiéndonos españoles, manchegos y catalanes sin ningún tipo de complejo por ello. Y desearemos que todo aquél que le apetezca y guste, nos visite con el ánimo de enriquecer de felicidad y poesía estas tierras y no en el triste ánimo de estar jodiendo la marrana por capricho.

Y terminemos con este tema motivador para este domingo...



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